lunes, 26 de septiembre de 2016

JACK ANDRAKA, ESTUDIANTE ESTADOUNIDENSE REVOLUCIONA LA CIENCIA DE LA SALUD Y PONE EN JAQUE A LA INDUSTRIA FARMACEÚTICA MUNDIAL.



Con tan sólo 16 años, Jack Andraka, un estudiante estadounidense de secundaria, inventó un sensor para detectar el cáncer en tan sólo cinco minutos. Para los laboratorios, el fin de un negocio. El descubrimiento puede cambiar la vida de muchísimas personas, pero también es una amenaza para la industria farmacéutica, que recauda millones por esta dolorosa enfermedad.
El fallecimiento de un ser querido  por motivo de un cáncer de páncreas, cuando Jack tenía 13 años. Le dijeron que el cáncer de páncreas se detecta cuando ya no se puede tratar, lo que lo empujó a investigar sobre el cáncer a través de herramientas sencillas en Internet.
Y tres años después, descubrió una manera "rápida, simple y efectiva" de detectar esta enfermedad mortal, que gracias a este invento, podrá neutralizarse. Con información que obtuvo de Google y Wikipedia, Jack estudió las 8 mil proteínas que se encuentran en la sangre, hasta entender que una de ellas, la mesotelina, se dispara en etapas tempranas, en las personas que enferman de cáncer de páncreas.
El invento es un sensor de papel, que cuesta 3 centavos, y que es capaz de detectar en cinco minutos tres tipos de cáncer: el de páncreas, el de ovario y el de pulmón.
Pero lo más sorprendente de todo es que
ha sido 26 mil veces más barato siendo 168 veces más rápido. Además, este método es 400 veces más sensible que los actuales y no es invasivo.
Pero su mejor punto a favor es que "se puede detectar el cáncer en las etapas más tempranas, cuando alguien tiene casi 100 por ciento de probabilidades de sobrevivir, y hasta el momento es más de 90 por ciento exacto para detectar el cáncer" dijo. "Y va a ser lo mismo para cáncer ovario y de pulmón" añadía "y cambiando el anticuerpo, este mismo invento puede utilizar una proteína diferente para detectar Alzheimer, otras formas de cáncer o VIH".
Pero no fue nada fácil de conseguir. De 200 solicitudes que envió a laboratorios, todos se negaron a continuar con sus investigaciones, excepto uno. Finalmente logró que la Universidad Johns Hopkins ayudará a su desarrollo.

Es un descubrimiento que podría afectar a la millonaria industria del cáncer.

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