Hace algunos días una rectora del Consejo Nacional Electoral, Sra. Socorro Hernández, explicó en un canal televisivo algunos aspectos organizativos inconstitucionales del referéndum revocatorio tan ansiado por la comunidad democrática venezolana para superar el impase en el que se encuentra Venezuela a causa de la agobiante crisis que brotó de las entrañas oscuras de un presunto socialismo siglo XXI.
Anunció la susodicha rectora que, apelando siempre a muletillas: “estamos en etapa administrativa”, “en solicitud”, “trámite”, para evadir respuestas concretas, el 20 por ciento del registro electoral se obtendrá mediante la sumatoria del 20 por ciento por cada estado, evadiendo así lo establecido en la constitución-reglamento y alejándose de la jurisprudencia, de la ley de partidos políticos, donde se indica que un partido se considerará nacional si está registrado en al menos doce entidades federales; es decir, que si no se obtiene el 20 por ciento en algunos estados se incumple esa norma arbitraria y anula el monto requerido de firmas, aunque el total arrojado por todos los estados sea igual o superior a las 3.893.129, lo cual es evidentemente un requisito mal intencionado.
Dice la MUD, con mucha razón, que el número de máquinas es insuficiente (5.392), puesto que de acuerdo con lo que anunció, deberían votar 37 ciudadanos por máquina, y si se divide el No. total de firmas requeridas entre 3 días resulta que deberán lograrse 1.297.710 firmas por día que, dividido entre las 5.392 máquinas, arroja 240 firmas por máquina por día, el cual al dividirse entre las 7 horas diarias, indica 34,38 (redondeando a 35) firmas de ciudadanos por hora, cantidad inferior a la que ella anunció como supuesto de cálculo (37 firmas por hora por máquina).
Dijo la rectora: “Si pasan 35 electores por hora en 7 horas y 3 días se logra”. Esto es, 35 por 7 horas igual 245 electores por día, por 3 días igual 735 electores en tres días, por 5.392 máquinas igual 3.963.120 firmas, cantidad superior a las 3.893.129 requeridas. Ahora bien, dados los innumerables obstáculos para que el elector ejerza su derecho, según la experiencia (impedimentos en las vías de acceso a los centros de votación, amenazas de todo tipo a los asalariados públicos, reducción efectiva de las 7 horas a 6 ó 5, las repeticiones de marcaje de las huellas, etc.), puede afirmarse sin exageración que tal monto de firmas exigidas no se alcanzará, pero, suponiendo que se logre dicha meta existe la confesión de Socorro Hernández: “ Si la MUD hubiera entregado las firmas sin problemas, eso habría facilitado las cosas”.
¿Creen ustedes que ahora no van a encontrar problemas en las firmas como en el pasado reciente y reducirán el monto de firmas a uno que no llegue al exigido 20 por ciento? Quiero decir, que si MUD entrega esa cantidad de firmas no será aceptado totalmente, ya que en la revisión respectiva eliminarán muchas con diversos pretextos; ese es el objetivo de solo proporcionar 5.392 máquinas, esto es, limitarlas, reducir horas, maniobras en el proceso, de modo que al entregar el 20 por ciento exacto o ligeramente superior y realizar la sesgada revisión se pueda reducir “por los problemas en las firmas”, lo cual implica negar el referéndum al no cumplir con el 20 por ciento.
¿Cuál fue la conducta del Sr. Jorge Rodríguez en el pasado? Al cerrar el proceso del 1 por ciento y queriendo hacer realidad sus maniobras perversas, argumentó que habían firmas de fallecidos, de malandros presos y huellas defectuosas, habló de fraude, e introdujo demandas ante el ministerio público, en el Tribunal Supremo de Justicia, buscando como resultante administrativa y legalmente un monto de firmas muy inferior al exigido al descartar una cantidad considerable.
Para lograr la meta aceptable, después de revisiones y descartes mal intencionados, habría que por lo menos alcanzar un número de firmas y huellas que constituyan un “colchón de seguridad”, una reserva, digamos 7 millones, que por impedimentos ya colocados en el pasado y los nuevos a instrumentar ( después de 2pm, únicamente 70 electores por máquina) sería casi imposible alcanzar con 5.392 máquinas (ni que sea una actividad automatizada, sin intervención humana), la cual imposibilidad sería fuente de conflictos socio-políticos en los alrededores de los centros de votación, pues cundiría la indignación a causa de la frustración al no poder votar normalmente.
En fin, la trampa está montada otra vez al reducir el número de máquinas argumentando que solo se necesita 20 por ciento del registro electoral, con manipulaciones para impedir concretar el voto, luego revisando para encontrar “problemas en las firmas”. ¿Portarse así es democrático? ¿Dónde está el fomento y garantía de la participación? Solo en el papel para este tipo de régimen que solo puede existir con pobreza, tergiversación y represión, tramperías y medios ilícitos, nunca democráticamente.
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