Venezuela ha logrado sentar un
precedente inédito en la Organización de Estados Americanos (OEA): poner bajo
la lupa la actuación del secretario general, Luis Almagro. Pero, ¿qué viene
después?
A escasas horas de haber terminado la
labor diplomática en República Dominicana y en declaraciones a RT, el embajador
de Caracas en la OEA, Bernardo Álvarez, consideró que la aprobación de una
resolución para examinar el comportamiento de Almagro "es una victoria con
un gran impacto político porque es la Asamblea la que instruye a abrir ese
debate en el Consejo Permanente".
En una maniobra que implicó hilar muy
fino, Venezuela no solo logró contener las intenciones injerencistas,
comandadas por Almagro, sino voltear el juego en contra del secretario general,
quien desde su cargo administrativo ha ofendido directamente al presidente
Nicolás Maduro.
La noche del jueves, en una alocución
transmitida desde Miraflores, Maduro felicitó a la delegación encabezada por la
canciller Delcy Rodríguez: "Fueron por lana y regresaron
trasquilados", bromeó el jefe de Estado en referencia a Almagro, quien ha
intentado promover la aplicación de la Carta Democrática de la OEA en Venezuela
y presionar para la realización de un referendo revocatorio al margen de los
estatutos establecido en la Constitución.
Las consecuencias de la estocada de
Venezuela se verán
en los próximos días. Álvarez, aunque no quiso precisar una
fecha, destacó que el debate sobre la moción es un mandato de la Asamblea
General al Consejo Permanente que debe cumplirse "en cualquier
momento".
El Consejo Permanente de la OEA, cuya
secretaría es ejercida por Néstor Méndez, tendrá la responsabilidad de evaluar
la actuación de Almagro.
Para la canciller venezolana, ese
procedimiento es "un mensaje directo a que el secretario general encauce
su comportamiento conforme a las normas y principios que han fundado y son
pilares fundamentales de la organización", refiere AVN.
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