miércoles, 18 de mayo de 2016

DILMA ROUSSEFF NEGÓ TODAS LAS ACUSACIONES EN SU CONTRA DE ALGO QUE JAMÁS HA SIDO CONSIDERADO DELITO, ES UN GOLPE DE ESTADO


Dilma Rousseff en entrevista a RT, negó todas las acusaciones en su contra y declaró que empleará “todos los instrumentos” para ejercer su mandato “hasta el fin”.
Asimismo afirma que el ‘impeachment’ en su contra es un un chantaje de la oligarquía y que el nuevo Gobierno de Brasil está dominado por políticos neoliberales. “Voy a luchar cada día, cada minuto contra este impeachment”, asegura Rouseff.
Dilma Rouseff explica que a ella se la juzga por algo que nunca antes fue considerado delito y que realizaron todos los anteriores presidentes de Brasil, de lo que cree que se trata de un golpe sin armas puesto que no han habido delitos de responsabilidad. “Me juzgan por una cuestión pública, por problemas de crédito suplementario, algo que todos los presidentes antes de mí hicieron. Nunca fue un crimen y no se va a convertir ahora en crimen cuando no había ninguna disposición que lo estableciera como tal”, aclara la mandataria. “Brasil tiene un régimen presidencialista”, recuerda Roussef, y, por tanto, “no es posible apartar al jefe del Estado y de Gobierno sin que exista un delito”. Por lo que, concluye, “es un golpe porque la propia Constitución explicita que es necesario que haya delito de responsabilidad”.

“Creemos que lo que está pasando en Brasil es un intento de sustituir a una presidenta totalmente inocente, que no está imputada en ningún juicio por corrupción, para que el programa que perdió las elecciones brasileñas en 2014 pueda, sin pasar por las urnas, llegar a controlar el Estado brasileño”, destaca Rousseff. A juicio de la mandataria, “es un programa que pretende reducir al máximo nuestros programas sociales” y “acabar con esos derechos” al imponer una “política antinacional en lo que se refiere, por ejemplo, a los recursos petrolíferos del país”.
Para la presidenta de Brasil, el ‘golpe de Estado’ se ha maquinado en el mismo país sin que haya injerencia extranjeras, aunque existan ciertas fuerzas que se beneficien de ello. “Es un verdadero golpe de Estado sin armas”, señala Rousseff. “Este proceso es eminentemente brasileño, llevado a cabo por fuerzas brasileñas con intereses, claramente, internos. No hay forma de atribuir a ninguna fuerza externa lo que está pasando en Brasil”, admite. A su juicio, cuando se altera de esta manera el poder en un país como Brasil, ello “beneficia a diferentes actores”.

Al ser preguntada sobre los vínculos del actual presidente interino Michel Temer con la Embajada estadounidense en Brasil según Wikileaks, Rousseff ha afirmado que “tener ese tipo de conversación con representantes de otros países no es correcto”, aunque reitera que no considerar una interferencia externa como causa de la crisis política de Brasil. Como reconoce la presidenta temporalmente destituida, a diferencia de otros golpes de Estado llevados a cabo con las armas en América Latina, este “se da en el marco de la democracia, utilizando las instituciones en provecho de un proceso de elección indirecta que no está previsto en la Constitución”. “No sabemos cuáles van a ser sus consecuencias puesto que para que no tenga consecuencias tendría que ser un ‘impeachment’ completamente normal basado en un delito. Como no lo está, es una injusticia, y yo soy la prueba viva de la injusticia”, ha resumido Rousseff.

La presidenta brasileña ha añadido que “a partir de un determinado momento quedó clarísimo que Michel Temer pretendía usurpar de forma indebida el cargo de presidente”, ya que “por sí solo no tenía fuerzas para hacerlo y decidió ALIARSE a ese expresidente de la Cámara que detentaba una parte del Congreso en sus manos desencadenando el proceso de ‘impeachment”‘. “Y lo desencadenó por el simple hecho de que él iba a ser juzgado en una comisión, la Comisión de Ética de la Cámara”, ha detallado Roussef. “El pecado original es que es un proceso de chantaje del expresidente de la Cámara que abrió el proceso y que está siendo acusado de lavado de dinero, de corrupción. Un gobierno solo de blancos, sin mujeres, sin negros, que adopta una medida hoy y la cambia mañana”, añade.


Rousseff también ha destacado que en Brasil hay sectores de la sociedad que no aprueban muchas de sus propuestas que permiten a la población más humilde tenga acceso a servicios que antes no tenían. “Es sorprendente que en Brasil hubo participación de fuerzas que sustentan la vieja oligarquía brasileña, que nunca aceptó de hecho que la población más pobre de este país tuviese acceso a servicios como viajar en avión, mejorar sus ingresos y el acceso a los servicios públicos. Es una alianza entre segmentos de los medios de comunicación, sectores empresariales descontentos, porque siempre ante una crisis está el problema de la distribución, quién paga la crisis, y, obviamente, este segmento de este partido, que es un partido de centro, y hoy está íntegramente hegemonizado por la derecha de Brasil”.

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